Hay una leyenda que habla de la libertad casi absoluta de lo que emiten las marcas (publicidad). En este artículo de El País habla de Autocontrol, el zorro cuidando de las uvas y algunas cosas que nos ponen en contexto los contenidos publicitarios. Controlarse a si mismo es un poco paradójico, y nada mejor que la posición crítica de los consumidores.
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Anunciología 
Muy interesante el artículo. Sabemos gracias a el que los fallos del Tribunal de Autocontrol (no vinculante) se basan en criterios legales y deontológicos del sector del anunciante, y gracias a los ejemplos del final del artículo, queda clara la buena labor que realiza este organismo independiente. Pero mi pregunta es si Autocontrol debería combatir los anuncios de la llamada «pseudociencia», por ejemplo: aquellos anuncios sobre cremas milagrosas que rejuvenecen en apenas un minuto.
La actividad de Autocontrol es muy limitada y no todo lo que se emite pasa por su filtro. Esas patologías publicitarias en horas de madrugada, están fuera de su radar. Aparece aquí otro tema ¿qué responsabilidad tienen las cadenas de la publicidad que emiten y por la que cobran?. Vil dinero y poca ética, porque en las normas de admisión de todas las cadenas hay una nota sobre la posibilidad de no aceptar anuncios que pueden no ser adecuados (algo así). Vaya que pueden vetar, pero casi nunca lo hacen.
La publicidad referida a las casas de apuesta me irrita especialmente ya que, no es la primera vez que, por ejemplo, en televisión, informan sobre el aumento de las apuestas entre los más jóvenes (transimitiendo una imagen para nada bonita de dichos jóvenes) y acto seguido aparece un anuncio de 888 Póker. Entiendo la importanca de la publicidad, sobre todo en el ámbito económico, para los medios de comunicación, ¿pero acaso la legislación no contempla también estas incoherencias?
Sobre las casas de apuestas, un comentario para la polémica. No hacen nada ilegal, el sector del juego está limitado por una serie de restricciones a día de hoy que cumplen las operadores. Es un negocio floreciente que paga muchos impuestos y genera empleo. La publicidad es la punta del iceberg que muestra como se puede jugar, proceso que con el juego online lo han convertido en algo realmente sencillo para el consumidor. A veces la publicidad muestra y potencia lo que no conocemos tanto. Por lo demás, mi opinión es que necesita nuevo entorno legal muy restrictivo tanto en su actividad como en la publicidad (juguetes, tabaco, medicinas…). Vaya, que es mejor fumar que, al menos, hace daño más lentamente (por favor, no fuméis).
Me parece curioso que, siendo el lema de Autocontrol el de una «publicidad veraz, legal, honesta y leal», muchas páginas webs de diferentes medios, como Antena 3, utilicen las franjas laterales de sus páginas para emitir publicidad que rozan los límites de la legalidad (y la ética).
Me explico: en relación a lo que decía Uxía, creo que existe una hipocresía dentro de los medios de comunicación; una hipocresía hasta cierto punto comprensible, pero cuando se hace publicidad que juega con las personas, no se está haciendo una publicidad honesta y mucho menos leal. Además, por lo que tengo entendido, está prohibido que se emitan spots de casas de apuestas entre las 22.00 pm y las 6.00 am en cadenas de TV, y no es la primera vez que veo como, de nuevo en canales de Atresmedia, se emite publicidad de este contenido fuera de ese espacio. Personalmente, sin despreciar el trabajo de Autocontrol, creo que se debería de ir más allá en la legislación de la publicidad y en la creación de mecanismos de control y autocontrol del sector publicitario (y del juego).
Paralelamente, me llamó la atención en el artículo de El País el conflicto entre Tous y la empresa de turrones y también el bajo número de demandas o reclamaciones que se han interpuesto en España el año pasado, aunque también hay que tener en cuenta que son un 30% más que el año anterior.
En definitiva, creo que es necesario un control y un autocontrol del sector, especialmente en el marco del mundo del juego y otros sectores «críticos» para que se cumpla la máxima de una publicidad «veraz, honesta, legal y leal», como se decía en los anuncios que hace unos años se emitían en televisión. Es cierto que «no hacen nada ilegal» pero, ¿es ético lo que hacen cuando incitan a ser como alguién «exitoso que lo ha apostado todo»?
Quizais o problema pode estar en que a revisión do anuncio por parte de Autocontrol é voluntaria, e que ademáis os seus fallos non son vinculantes. Penso que para mudar estas decisións, os cambios non deben vir dende Autocontrol, se non que dende o goberno, que obrigue a someterse a estes controis, e facelos «máis vinculantes», de algunha maneira. Non sei se iso tería algún problema legal.
A entidade Autocontrol, no meu parecer fixo unha das campaña publicitarias que eu mais recordo. «En Autocontrol anunciantes, agencias y medios trabajamos para que la publicidad sea veraz, legal, honesta y leal» é unha frase que non se me olvidará en moito tempo, non sei se pola voz da locutora, pola combinación sintáctica ou polas veces que se emite o anuncio.
Non sabía que existía tal organización pero paréceme inabarcable que todos os anuncios que nos ciegan pasen por ese filtro. Só pasan as campañas de altas firmas e compañías e non se examinan todo o resto que nos chega.
A publicidade nun dos casos mencionados, que chega a menores e a cativos, tampouco é posible regulala porque ainda que non aparezca no horario que podan estar vendo os programas infantís pero pódenles parecer perfectamente nos dispositivos dimitáis onde me parece que hai menor regulación.
A raíz do artigo surxíronme das cuestións:
1. Unha radica na solicitude de Tous contra Turrones Artesanos de Jijona – Non debería ser beneficioso para ambas compañías a respectiva publicación noutras campañas? Se non son do mesmo sector non resulta perxudicial e a Tous deberíalle dar igual que os que levan a seas xoias coman ese turrón.
2. Que é o que fai a unha campaña veraz, legal, honesta e leal?
Penso, como a miña compañeira Clara, que é moi complicado regular a publicidade en función de idades, sabendo a facilidade dos rapaces e rapazas na actualidade para acceder a plataformas dixitais a calqueira hora e en calqueira lugar.
Ademáis tamén me gustaría destacar que hai moito conflito supoño que de intereses en medios que, denuncian por exemplo a ludopatía, pero que minutos despois, poñen un anuncio de «yobingo» ou de calqueira casa de apostas.
E opino, igual que moita xente, que é moi difícil filtrar e controlar todas as campañas publicitarias, e tan só as grandes campañas pasarán por eses filtros. Polo tanto vexo a Autocontrol como algo útil pero non con eficacia 100%.
As marcas teñen cada vez máis formas e espazos para presentar a súa publicidade. Avanzamos en canto a formatos, pero a maneira de anunciar non cambia. Inténtase chamar a atención, demostrar que un producto é espectacular, ou “animar” a unha persoa coñecida a que o patronice. Co aumento dos espazos publicitarios, aumentan tamén os que teñen fallos. É dicir, os que non seguen a norma. Nestes anuncios preséntanse discriminacións, publicidade engañosa, mentiras… Neste ámbito, a empresa Autocontrol recoñece 10.630 anuncios que non cumprían a normativa necesaria, e polo tanto non podían ser difundidos. Iso quere dicir que 10.630 compañías pretendían facernos pensar cousas que non eran verdade, porque sabían que podían facelo. Ata que punto chegamos, para que isto funcione? Nós, como consumidores, fiámosnos facilmente das mensaxes que vemos todos os días. E, canto máis se repiten, máis convencibles nos parecen. A tecnoloxía avanzada de hoxe en día dá pé facilmente á divulgación rápida de calquera contido. Así, é máis fácil facer que unha persoa vexa o mesmo anuncio unha e outra vez. Os clientes creerán todo, nunha sociedade imprecisa que non os anima a pensar por eles mesmos.