Os dejo, para terminar la parte de marketing enfocada a la publicidad, lo que es un clásico, las 22 leyes inmutables de marketing. Son conceptos que nos ayudan a ver que cosas no deben de hacerse en productos o servicios y, por contraposición, lo que si se puede hacer (sin garantía de nada). Cumplir las leyes, os irá mejor. Para quien quiera el libro entero, aquí está.
Un tratamiento del consumidor «muy frío» y «alejado» en estas reglas del marketing, que nada tiene que ver con las campañas que posteriormente se producen, que apelan al sentimentalismo y a la creación de una «atmosfera» íntima cliente-producto.
La forma de hacer publicidad y la forma que tiene esta de llegar a conectar con el consumidor no se puede definir. No podemos controlar o marcar unas bases, porque sí, a veces se cumplirán, pero como dice el anterior post, otras veces la publicidad se cagará en nuestra cabeza y evolucionará como el consumidor quiere que lo haga.
Destaco la Ley 18, porque tengo pensado que aunque Inditex(por ejemplo) saque una nueva marca, esta va a tener el éxito que tienen las demás por el simple hecho de ser de Inditex , como si ya no necesitase publicidad , como si la publicidad ya fuese intrínseca a la misma empresa, y no es así. Inditex, Coca-Cola, Telefónica, etc… también pueden fallar.
Pienso que cada consumidor tiene diferentes necesidades y el error de alguna de estas normas es la tendencia a la generalización del consumidor. Ahora sí, Al Ries y Jack Trout dicen verdades como templos en alguna de estas 22 leyes. Una de estas verdades es la última ley, la «Ley de los recursos», es básica, sin dinero tu idea no va a ninguna parte. El gran error que cometen muchas empresas, como bien recalcan los autores, es el de extender su línea provocando así resultados muy negativos. Las empresas no pueden ser «todo para todos» porque al final la marca resultará ser «nada para nadie». Por último, me ha llamado la atención la «Ley de la sinceridad» ya que resulta bastante curioso transformar en positivo un defecto del producto ya que a priori es un handicap. Estoy muy de acuerdo con esta afirmación: «Cuando admita algo negativo, el prospecto le reconocerá positivo». Y como esta hay más verdades que pueden definir el futuro de una empresa, el éxito o el fracaso.
Cuando comencé a leer estas 22 normas sobre Marketing tenía una idea en mi mente que era la típica del mejor ladrón de «Hecha la ley, hecha la trampa». Pensaba que iban a ser normas facilmente cambiables pero me equivocaba. Me parecen completamente lógicas y que sin ellas dificilmente algo funcionará bien. La que más me ha gustado (no sé si el término es gustar o estar de acuerdo) es la 19, «… del Fracaso» porque evidencia que «perder es lo normal» y que se complementa con la 18 sobre el éxito. Me sorpenden porque son aplicables a las personas y eso conecta leyes del marketing (que sobre el papel son lejanas a las personas) con las propias personas. Es evidente que estas leyes deben ser seguidas en las estrategias de las empresas porque si no pueden fracasar, aunque si es cierto que podrán cambiar porque todo cambia.
Como todo en este universo, el marketing está regido por unas determinadas leyes que como ya nos adelantan Al Ries y Jack Trout estas determinarán si nuestra campaña está destinada al éxito o al fracaso : nadie nos asegura el triunfo con su cumplimiento, pero la falta de las mismas sin embargo es el principio del fin. Es interesante conocer que estas leyes eran utilizadas en los años 90 como estrategia de marketing y que sin embargo en la actualidad, muchas veces, son desconocidas.
Me han llamado especialmente la atención la ley de la perspectiva y la ley de lo impredecible. Debemos actuar pensando en el futuro pero debemos tener en cuenta que muchas de las acciones que emprendamos ahora tendrán sus frutos a largo plazo y es por ello que debemos cuidarnos de todas las leyes en todo momento, y por otra parte tenemos que ser conscientes que vivimos en un mundo cambiante y que plantearnos unos objetivos es por tanto inútil y frustrante, nunca sabremos en qué dirección irá el mercado en un futuro ni que planes tendrá nuestros competidores por lo que debemos orientar nuestros planes en las tendencias pero siendo conscientes que estas pueden cambiar en cualquier momento y que el futuro es incierto y la mejor forma de predecirlo es creándolo.
Miradas al consumidor “muy frías” en estas reglas del marketing, que nada tiene que ver con las campañas que posteriormente se producen, que apelan al sentimentalismo entre el cliente y el producto.
Para una marca, lo que realmente importa es ser el «top 1» en el mercado y machacar a sus rivales lo que da lugar a que tenga, ahora que leído este post, una visión negativa de lo que es el mundo de la publicidad, donde la relación íntima con los consumidores es lo de menos.
Destaco la Ley 1, porque tengo pensado que aunque Apple(por ejemplo) sea actualmente el lider en electrónica, no significa que el dia de mañana lo sea (como ocurrió con las Black Berry), y se tenga que meter en el mercado de electrdomésticos (por ejemplo); como muchas compañías, como en su día telefónica, hicieron.
Al leer estas «22 leyes inmutables del marketing» he pensado en algunas de las marcas que más han triunfado. Es cierto que muchos requisitos son imprescindibles para que una marca tenga éxito, pero en temas de publicidad considero que las normas son más bien «consejos» o «recomendaciones» porque si todas las marcas siguieran estas leyes «a raja tabla» ninguna destacaría por encima de otras. En mi opinión, lo más importante para que una campaña publicitaria triunfe es que sea diferente, que sea distinta a las demás.
Estamos rodeados de publicidad, por este motivo sólo quedarán grabados en nuestra mente en caso de que nos hayan llamado la atención por su originalidad, su credibilidad, etc.
Bajo mi punto de vista, una de las cosas más importantes para tener éxito en este ámbito es saber «conectar» con el público al que quieres dirigirte, lo cual no implica preguntar al mismo, si no tener una «psicología» especial para percibir qué es lo que buscan, necesitan o qué se retiene en su cabeza.
Determinar como acadar o éxito e fuxir do fracaso considero que é un terreo moi complexo pero desde logo estas 22 leis están creadas por xente que viu os dous puntos, así e todo non creo que estas sexan verdades absolutas, é dicir que o feito de cumprilas te leve ao éxito ou ignoralas ao fracaso. A medida que ía lendo as leis víñanse pasando pola cabeza produtos que entraban dentro dos parámetros dos que os autores nos estaban a falar. Por destacar algunha das 22 leis, a lei do oposto chamoume a atención xa que é certo que non sempre se procura estar no podio a pesar do que se poida pensar, como se di tamén noutra lei tes que saber en que “liga xogas” e se non es quen de desbancar ao líder tes que atraer a aquel público que non lle interesa consumir o produto líder polos motivos que sexan.
Se exponen varios principios fundamentales, como enfocarse a un determinado segmento de la población y ganárselo para mantenerse en él, y solidificar ese apoyo o el dinero como punto fundamental en el mundo publicitario. Pero no todas las normas tienen por qué ser efectivas y, por lo tanto, cumplidas. Es imposible conocer totalmente a los consumidores y saber por dónde van a ir sus tiros en todo momento, y muchas veces, nuevos productos, acompañados de una campaña transgresora pueden hacerse un hueco en el mercado y desbancar a los que estaban asentados. Todo es muy relativo, está bien que haya unas normas, pero como orientaciones básicas, no deberían dejar de ser eso; seguir un esquema básico es positivo, pero los impulsos, las intuiciones, las sensaciones de los responsables de las campañas en un determinado momento, tampoco deberían ser obviados de inmediato por seguir unos parámetros convencionales.
Estos conceptos son claramente necesarios para el buen funcionamiento de una campaña. Quiero destacar lo que más me ha llamado la atención y es que como bien se explica, una empresa debe tener un símbolo identificador, y este no puede coincidir con el de otra empresa, ya que el público asocia ese símbolo o palabra a un producto es especial y sería muy confuso si coincidiera on otro. Una vez se haya asentado este símbolo que identifica al producto, no es recomendable cambiarlo, afirman, por ejemplo los anuncios de Red Bull siguen siempre una misma línea, porque de esta manera son más fáciles de recordar y ya forman parte del pensamiento del comprador. Finalmente me gustaría destacar el ejemplo de la Coca cola y la Pepsi dentro de la ley de lo opuesto. Es cierto que siempre lideró la Coca cola por encima de la Pepsi, y que a esta se la conoce como la sustituta de la marca orignal o la verdadera que seria la Coca cola, no creo que su objetivo fuera ser el segundo producto a escoger, pero algo esta claro, y es que su posicionamiento tampoco es malo, ya que todos sabemos que si no encontramos coca cola en un bar tendremos Pepsi, que si el precio de la Cola cola sube la Pepsi es más barata…, quizás ser el segundo no esté tan mal después de todo.
Estas 22 leyes desde luego resumen los conceptos básicos en cuanto al marketing conocidos hasta el momento. Cierto es que generalizan abiertamente, pero si este manual ha logrado alcanzar la fama que posee hoy en día es porque, en la mayoría de los casos, estas leyes se cumplen. Sin embargo, quizás tras tanto tiempo, sea hora cambiar un poco la perspectiva, ya que las campañas publicitarias se han convertido en un elemento cotidiano, ya no llaman la atención, y a lo mejor volverían a tener el impacto de tiempo anteriores si le diésemos la vuelta a algunos de los conceptos aquí mencionados, si cambiásemos el ansia de ganar de las leyes 1, 2, 3 y 10 por el de presentar un contenido de calidad. En mi opinión, el marketing debería desarrollarse al unísono de la sociedad, no solo en cuanto a la estética o los valores, si no a la forma de enfocar las ventas.
Estas 22 leyes inmutables del marketing resumen a la perfección lo que se debe hacer para tener éxito. Aunque es cierto que estas leyes funcionan, en mi opinión deberían centrarse más en cada tipo de consumidor y no generalizar tanto. Por otra parte lo que más me ha sorprendido es que «es mejor ser el primero que ser el mejor». Algo que me ha hecho pensar.
Ningunha empresa pode afirmar que tivo todo éxitos, xa que se non se equivocase algunha vez, non podería aprender dos erros para mellorar.
Baixo a miña opinión, o principal erro que cometen é, unha vez teñen acadado o éxito que pensaban, sacar un novo produto ao mercado «estendendo a súa línea» pensando que vai ser igual de exitoso que o anterior. Nós, como consumidores, xa temos relacionadas determinadas marcas con determinados produtos e esa estratexia desubícanos (como o exemplo que se comentou na clase de aquela empresa que vendía leite e que decidiu sacar á venta auga). Isto tamén reflexa o problema de que con datos do pasado, se plantexa unha estadística de futuro. Creo que é igual de importante atopar e centrarse nun determinado tipo de público/consumidor como centrarse no produto que se quere vender para poder sacar a súa mellor versión cara ese público determinado. Como se di un par de veces nestas 22 leis do marketing «si tratamos de ser todo para todos, al final terminaremos siendo nada para nadie».
Estas 22 leyes inmutables del marketing se presentan como verdades absolutas, pero hay ciertos aspectos en los que no coincido desde mi punto de vista, el del consumidor. Estas leyes son demasiado generales. Hay cosas que me han sorprendido como es que sea más beneficioso ser el primero que ser el mejor, algo que claramente nos perjudica a los consumidores que acabaremos comprando los productos del líder sin ser los de mejor calidad y prestaciones. Algo obvio es que cada marca debe tener una palabra que la identifique, si no como iban a reconocerla los consumidores? Estoy de acuerdo con dichas leyes en que si queremos ser todo terminamos no siendo nada, sin embargo hay empresas a las que la expansión de línea les ha beneficiado, por lo que veo normal que dicha ley sea la que más se viola. También coincido en que debemos reconocer nuestras debilidades y hacer de esos aspectos negativos algo positivo desde el punto de vista de los consumidores, además estoy de acuerdo en que se debe adoptar una sola estrategia y no debemos hacer cambios constantemente, ya que estos, como en cualquier ámbito, crean inseguridad. Por otro lado las leyes dicen que si nos posicionamos en un puesto debemos actuar conforme al mismo, con lo que estoy de acuerdo pero discrepo en cierto sentido, ya que considero que una marca debe actuar conforme la posición en la que se encuentra pero planteándose retos y siendo ambiciosa, sin excederse.
La primera pregunta que se me pasa por la cabeza tras acabar de leer el artículo es, ¿Qué garantías me ofrecen estas leyes?¿Cumplir siempre estas reglas es sinónimo de éxito? En mi opinión este es el mayor problema que contiene el mundo publicitario, la incertidumbre es una característica clara en este terreno y supone el principal enemigo de cualquier proyecto publicitario. Una idea puede funcionar en una ocasión a las mil maravillas, y ser un completo desastre la siguiente vez.
Por lo tanto, opino que cumplir a raja tabla estas ‘’22 leyes’’ poco útil nos puede resultar, pues muchas veces comprobamos como el éxito en el mercado radica en pequeñas cuestiones o diferencias completamente impredecibles. Sin embargo el conocer estos puntos y tenerlos siempre presentes nos permite jugar con una situación ventajosa y poseer cierto favor en el terreno publicitario. Las 22 reglas, muestran a la perfección sobre qué aspectos se mueven muchas veces aquellos que intentan participar en nuevos o renovados proyectos publicitarios: buscar el liderazgo, entrar en la mente del consumidor, ser exclusivo, etc. A grandes rasgos, son los principales recursos a los que los publicitarios se aferran y echan mano para buscar la culminación en sus campañas.
Conocer por lo tanto este surtido de ‘’recetas’’ publicitarias nos permite visualizar cómo funciona nuestra competencia y cual es el funcionamiento del mundo publicitario, ayudando con esto a crear una estrategia superior al resto. No existe seguridad sobre que estas reglas nos garanticen el éxito, pero sin ellas el fracaso sí puede estar asegurado.
Posiblemente una de las claves del éxito empresarial resida en el fiel seguimiento de estas «22 leyes inmutables del marketing» pero, bajo mi punto de vista, el éxito en otro 50% de las ocasiones reside en la suerte: estar en el lugar indicado en el momento indicado. Junto a esto, disponer de una cantidad considerable de dinero para echar a andar una idea brillante (como pueden ser las grandes cadenas de tiendas) o ser el primero, que tu idea no se haya visto nunca (como es el caso de Facebook). Prueba de ello son las brillantes campañas de marketing de marcas desconocidas que, sin embargo, no han logrado destacar.
No pongo en duda, repito, que la consecución de la mayoría de estas reglas no conduzca al éxito pero lo considero, mejor dicho, la mejor manera de posicionarte en el mercado si no has tenido suerte. En este caso, mejor seguir el criterio de estos dos autores pues, en caso contrario, todo producto será efímero para el consumidor.
Todo pura ficción y posibilidades, el éxito nunca está garantizado, pues depende de millones de factores no solo tuyos, sino también de la competencia.
Mientras leía las leyes me iba dando cuenta de que el marketing es más complicado de lo que parece. Para ganar clientes y que el producto esté en la cima son necesarios muchos recursos e ideas buenas.
Estas 22 leyes muestran lo que se debe y lo que no se debe hacer para lograr un puesto en el ranking. Bien es cierto que podemos optar por seguir estas leyes o tomar decisiones sin tenerlas en cuenta. Supongo que estas leyes se basan en estudios y en observaciones de cómo funcionan las campañas publicitarias, cómo llega el producto al consumidor, etc. También es cierto que cumplir las leyes no nos asegura el éxito a corto o largo plazo. Cumplir las leyes no es garantía de beneficios y poder. Pero… ¿qué pasa si hacemos lo contrario? Igual echamos a perder nuestra marca. ¿Y si las cumplimos? Considero que tenemos las mismas posibilidades de triunfar que de fracasar, pero por lo menos, ahí está la posibilidad de triunfar… no perdemos nada.
El marketing es complejo y muy interesante, es todo un reto llegar a la mente de cada consumidor, y cuando se obtiene el éxito también se obtiene una gran satisfacción, pues lleva mucho trabajo detrás y no es tan sencillo como se cree.
A medida que iba leyendo estas “22 leyes inmutables del marketing” se me venían a la mente distintas marcas publicitarias en donde se cumplían, lo que confirma que efectivamente si se siguen estás reglas se alcanza el éxito, aunque no creo que se traten de parámetros absolutos, ya que no nos ofrecen garantías y la publicidad depende mucho del hoy, debe adaptarse constantemente a los cambios de la sociedad, por lo que estás leyes tampoco podrían mantenerse fijas e inmutables, es necesario que evolucionen a medida que va evolucionando la mente de los consumidores. Algo que también destacaría es que se centran mucho en la competencia entre las marcas para conseguir ser líderes del sector y no se hace tanta referencia al público, a estudiar las necesidades y lo que demanda la sociedad.
Tras leer las »22 leyes inmutables del marketing» no me queda duda alguna sobre lo que significa. Sin duda, hay empresas que cometen errores a la hora de promocionar su propia marca o un producto de la misma. Es imposible que se piense que hay un prototipo único de consumidor, pues en realidad, al igual que ocurre en nuestro día a día, todas las personas somos diferentes. Si bien es cierto que una marca juega con los consumidores que quiere atraer, es decir, sabe que tiene ese ámbito concreto para promocionarse bien, para calar en su mente. Y muchas de ellas consiguen llegar a lo más alto gracias a la diferenciación de la que se hablaba en el artículo. Una diferenciación que está preparada, sobretodo, para la mente de los posibles compradores. De ahí que surja una de las leyes que asegura que lo mejor es ser el primero dentro de la mente del consumidor. Precisamente esas son las marcas que prosperan y llegan a ser el número uno en ventas.
Estas leyes me recuerdan también a como puede actuar el ser humano para ser o no exitoso. Es decir, una persona, para que la gente lo apoye, tiene que mostrarse como alguien normal, no puede creerse superior, ni mucho menos ser arrogante, si no humilde. Si acepta los fallos, si entiende el fracaso como una parte de la vida, las demás personas sí podrán apoyarle con mayor facilidad, porque lo verán como un igual, alguien que les representa. Bien, pues algo similar ocurre con las marcas, algo que se dicta en estas leyes sobre el marketing.
A pesar de que el marketing por su naturaleza no es una ley exacta pues se trata de un juego de percepciones, donde lo que es bueno para mí, para otras personas no lo es, siguiendo estos principios se pueden extraer lecciones interesantes y aplicables. Entre estas 22 leyes, se encuentran conclusiones muy contundentes a través de las cuales podemos tener consciencia de lo que funciona y lo que no funciona. Si el libro escrito por Al Ries y Jack Trout conocidos estrategas del marketing con más de 25 años de carrera a sus espaldas se ha convertido en “guía espiritual” del marketing por algo será.
La física, la biología o la química se conforman a partir de resultados exactos, de leyes establecidas e invariables. El márketing, al contrario, se rige por los movimientos de las personas en el mercado, y estos movimientos están condicionados por factores como la ética o la estética, es decir, se ven condicionados por valores subjetivos propios de cada cliente. Partiendo de esta base, parece imposible crear un producto que aúne los gustos de una mayoría de consumidores, dando la impresión de que cada uno actuará por libre, en función de impulsos irracionales. Sin embargo, las 22 leyes «inmutables» del márketing son un claro reflejo de un foco común en la percepción de miles, e incluso millones, de seres humanos que apuestan por valores universales que logran atrapar la confianza y el respeto de los que juegan a favor de una marca u otra. La ciencia del mercado también tiene sus propias leyes.
Estas 22 leis inmutábeis do marketing son importantes directrices a tomar en conta á hora de estabelecer unha estratexia de marketing, pero non considero que sexan verdades absolutas nin que garanticen o éxito. Na práctica, a incerteza e a imprevisibilidade humanas poden levar a que unha marca que se esmere en aplicalas estrictamente fracase e outra que non o faga triunfe. Creo que hai que distinguir as leis máis lóxicas e evidentes, como a 19 ou a 22, doutras máis discutíbeis que admiten matices e contra as que se poden aportar exemplos en contra, como a 1 ou a 15.
A maioría destas leis sobre as que se debería basear unha estratexia de marketing considéroas bastante obvias. Como a número 17, na que mostra que o mundo empresarial está sometido a unha atmósfera de risco e inseguridade, ou a 19, sobre o fracaso, e a 22, sobre os recursos.
Aínda así, hai leis que considero bastante atinadas. Así pois, a lei do liderazgo, a de «é mellor ser o primeiro ca o mellor», consideraríaa bastante acertada. Por exemplo, a marca Tipp-Ex foi dos primeiros correctores e non por iso é o mellor, pero hoxe en día é tan coñecida a marca que designamos a todos os correctores co nome «tippex». Esta mesma lei podería relacionarse coa lei da concentración, é dicir, «apropiarse das palabras». Deste modo, cada vez que se fala de correctores podería asegurar que na nosa mente de consumidor aparece a marca Tipp-Ex.
Me parecieron muy importantes sobre dos puntos. El primero es el de la Ley de la sinceridad, ya que creo que siempre hay que ir con la verdad por delante y muchas marcas no lo hacen; y el segundo el de la Ley del éxito, ya que estoy totalmente en contra de cuando se logra al éxito actuar con arrogancia.
El marketing es una ciencia compleja que debe combinar las cantidades precisas de intuición y objetividad. Estoy totalmente de acuerdo con las Leyes del liderazgo y de la mente; no puedes crear una imagen de mejor producto en la mente de un consumidor, pero el primero llamará su atención por el simple hecho de serlo. En cuanto a la Ley de la mente, es verdad que gran parte de empresas se centran en bombardearnos con mensajes, anuncios televisivos y radiofónicos, carteles publicitarios, mensajes en internet y muchas otras plataformas con la creencia de que por estar en todas partes llegarán al consumidor, y no es así. Como dice en el texto, la prioridad debería ser impactar en el cliente y no en el mercado.
Creo que estas 22 leyes definen perfectamente el camino que todas las mar cas deberían seguir si quieren alcanzar el éxito.
Está claro que una vez pones tu producto en el mercado y comienzas a tener beneficios y se ve como una marca prestigiosa, te puede llevar al fracaso porque intentas sacar más productos y dejas de lado el que valoran los consumidores. Lo mejor en esto dejar de lado el egoísmo y centrarse en dar una buena imagen de tu marca, de tu producto, convencer a la gente a que compren el producto, alcanzar el éxito poco a poco. Las personas somos muy poco predecibles y todo puede salir mal, por eso hay que conseguir una buena imagen a través de un buen mensaje publicitario.
Me parece utópico intentar cumplir las 22 leyes, sin embargo, cada una tiene sus puntos válidos e imagino que habrá quien si pueda cumplirlas todas -bien por ellos- .
La frase «es mejor ser el primero que ser el mejor” de la primera ley, creo que perjudica al periodismo cuando de información se trata.
Al margen de esto, considero que son unas reglas simples pero efectivas. Es decir, propias de una ciencia equilibrada y tenaz que sabe cúal es su objetivo y cómo conseguirlo.
Estas 22 leyes inmutables del marketing pueden ser un guión y servirnos como base para saber de qué manera actuar a la hora de generar publicidad en torno a nuestro producto y poder, de esta forma, llegar a los consumidores. Sin embargo, no considero que sean del todo efectivas como para seguirlas al pie de la letra, cada una de ellas, y asegurarnos así el éxito. Muchas de las conocidas marcas se han hecho famosas por su estrategia de marketing basada en la originalidad o en llegar al consumidor de una manera mucho más cercana, y no al seguir este tipo de reglas, que aunque algunas son obvias, como la 22 -Ley de los recursos-, otras me parecen bastante discutibles, como la 8 -Ley de la Dualidad-.
Las 22 leyes inmutables del marketing nos presentan una serie de pautas que debes seguir para que tu producto pueda alcanzar el pleno auge de su capacidad en cuanto a influencia y poder en el mercado. En un comienzo puede parecer algo realmente abstracto, puesto que en ningún momento puede llegarse al conocimiento total de la mente del público como para que verdaderamente funcionen. No obstante, el análisis de marcas conocidas por una gran parte de la población hace ver que realmente estas leyes funcionan. Tal es el caso de la primera ley «es mejor ser el primero que ser el mejor», que aunque parezca contraria a todo aquello que se nos ha enseñado desde siempre, marcas como Kleenex la corroboran.
Me sorprende el hecho de que el marketing sea una batalla de percepción y no de productos, puesto que cuando una imagen se crea en la mente del público, su modificación es casi imposible. Identificar marcas con palabras que la asocien en la mente del consumidor es un reto que finalmente nos lleva al mismo punto en el que podrían resumirse estas leyes, que es ser el primero en todo momento.
A lo largo de las 22 leyes me he dado cuenta de que lo realmente importante es la venta del producto, siendo así, la felicidad de los consumidores puro márketing. Parece que ser líder es lo único importante, más allá de potenciar mejoras en el producto, las cuales siempre irán orientadas, una vez más, al fin último del márketing: vender.
Es inevitable, al ir leyendo cada una de las leyes, no pensar en las diferentes marcas que han acomodado su estrategia a estos 23 preceptos. Podemos pensar, por ejemplo, en cuanto a la ley del liderazgo, en el fracaso del BluRay frente al DVD, o en Volvo y su apuesta por la seguridad, en relación a la ley de la exclusividad.
Sin embargo, mi escepticismo me lleva a cuestionarme este tipo de enumeraciones contundentes sobre cualquier disciplina no científica. En el caso que nos ocupa, mi pregunta sería: ¿Existe alguna que haya llegado al éxito sin seguir estas 22 leyes «inmutables» del marketing? Me resulta difícil pensar en una respuesta negativa.
Considero que, de todas estas normas, quizás la más importante de todas es: sé el primero. Al igual que un éxito musical se hace con su triunfo por ser la primera que dispone una serie de notas preexistentes en un orden que gusta al público, una campaña publicitaria debe hacer lo mismo. Debe recoger una serie de elementos que ya existen y reordenarlos a los ojos del consumidor. Parece que no queda nada por inventar, y sin embargo la publicidad es algo que jamás deja de sorprendernos; si lo hiciese, perdería su sentido.
Considero que, aunque una de estas 22 leyes sea la del liderazgo, la de «es mejor ser el primero que ser el mejor» tenemos que llegar, no tanto de primeros ni convirtiéndonos en los mejores como siempre se ha creído hasta ahora y como aquí se defiende, sino de una u otra manera “taladrar” en las mentes de los consumidores con palabras claves de nuestros productos, para así posicionarnos en el mercado y lograr que nuestro consumidor final nos recuerde por dicha palabra.
Está claro que cualquier campaña publicitaria ha de fijarse o al menos moldearse a estas 22 leyes del márketing, por que al final, si la primera marca que las siguió, triunfo y llegó a lo más alto, todas las pequeñas marcas que pretendan sacar cierta campaña publicitaria se terminarán fijando en ellas. Y ésto, se dá por que al final lo que triunfa es no salirse de la rutina, que toda la Publicidad sea igual, un esquema que se nos hace cotidiano pero visual, y que acaba funcionando. Para mí, la campaña publicitaria perfecta, sería aquella que combine la originalidad, y la capacidad para ser distinta a las demás; junto con obviamente los requisitos básicos que tiene que tener toda publicidad. Sin embargo, la realidad es que pocas campañas publicitarias no triunfan, todas consiguen su objetivo de dejar su producto cómo la «bomba del mercado» completamente distinto al resto de productos. Quizá el problema sea de los consumidores…
Leyes muy básicas pero imprescindibles a la hora de llevar a cabo una campaña con éxito. Pero creo que una de las leyes más importante es la de la creatividad. Y creo que eso, en cierta medida rompe con cualquier ley preestablecida. Es cierto que el riesgo es mayor, pero los resultados pueden llegar a ser muy buenos. Si seguimos estrictamente estas leyes alcanzaremos fácilmente el éxito, pero rompiendo estas leyes podremos alcanzar la cumbre de la publicidad. O eso o caernos. Todo depende del riesgo, cosa que si aparece en la ley del sufrimiento (renunciamos a lo preestablecido, a cambio de una máxima notoriedad).
A conclusión que un pode sacar da lectura é básica: concentración. Para garantir o éxito dun produto a empresa vendedora debe condensar os seus esforzos: orientarse a un mercado, concretar un determinado segmento dentro dese mercado, delimitar a variedade de produtos oferidos (a denominada Lei do Sacrificio)… en definitiva estas estratexias están enfocadas a concentrar o «bo nome» da compañía nunha palabra, equiparable á «big idea» recollida na publicidade: un só concepto no cal se poñen todos os esforzos (non só publicitarios) para facelo chegar con forza á mente do potencial comprador.
Evidentemente esa suposta inmutabilidade das nomeadas leis non está amparada por un contexto precisamente estático: márketing e publicidade sofren un cambio constante no cal poucas variables son estables. A propia Ley de Concentración e as súas diversas variantes se atopan contradecidas no texto pola Lei dos Atributos, que predica a selección dun segundo concepto positivo, de menor importancia que o fundamental, en clara oposición á tendencia centralizadora do texto. Porén, a evolución das ata agora consideradas normas do xogo no márketing non é unha quimera: máis alá xa do clásico 1984 de Apple e o seu anuncio de emisión única, é o seu competidor Samsung quen está a liderar actualmente os replantexamentos das estratexias empresariais estudadas. A empresa coreana caracterízase por unha violación constante da Lei de Extensión en Liña, dado que a súa oferta tecnolóxica vai dende Smartphones a lavadoras.
Creo que sin esta 22 leyes la publicidad no sería lo que es. Son pilares y normas que se tienen que seguir para triunfar en el mundo del marketing. Bien es cierto que es posible triunfar sin alguna de ellas, pero para llegar al éxito tienes que pasar si o si por muchas de ellas. Me parecen esenciales la Ley de los recursos, la Ley del fracaso, la Ley del éxito o la Ley del sacrificio.
Sin dinero, hoy en día, no puedes hacer prácticamente nada, y menos en la publicidad. Las otras tres leyes que menciono no solo las tendríamos que aplicar al mundo de la publicidad, sino también a la vida cotidiana.
Me gustaría comenzar citando el artículo:
«El fracaso es parte de nuestras vidas y debemos aceptarlo».
En una sociedad cada vez más y más competitiva es necesario recordar y remarcar que el fracaso también existe. Parece que hoy en día solamente nos centramos en triunfar, y el que no lo logre queda excluido, marginado. Por ello, es la Ley con la que me quedo: a veces para triunfar hay que fracasar muchas veces. Todos fracasamos, antes o después.
Tras leer las 22 leyes del marketing, no he podido olvidar una afirmación anterior del artículo. Plantea que estas leyes son las que llevan al fracaso éxito de una empresa, cosa con la que no puedo estar de acuerdo del todo. Pienso que hay momentos en el proceso de crecimiento de una empresa en el que el marketing no tiene un papel protagonista. Por ejemplo, existen movimientos empresariales como la fusión de empresas que, a pesar de estar mal visto en algunas ocasiones y generar una «mala publicidad», puede ser un gran movimiento en un plano empresarial más estricto. Evidentemente no estoy diciendo que el marketing no sirva para nada, simplemente reivindico el valor que tienen las estrategias empresariales ajenas al mundo del marketing. Creo que el marketing te ayuda a crecer en el mercado pero existen otros sectores que para las empresas tienen igual o mayor importancia.
El informa afirma en un momento dado que «Es mejor ser el primero que ser el mejor». No cuestiono que esto sea cierto, pero ¿durante cuanto tiempo te va a recordar el público por ser el primero, y cuanto tiempo va a recordar al que lo hizo mejor? Un ejemplo. Nikola Tesla, científico croata, creó la corriente eléctrica alterna y, por consiguiente, la primera bombilla funcional. Sin embargo, el que perfeccionó la idea, la comercializó y MEJOR lo hizo fue Thomas Edison. ¿Quien aparece en los libros de historia? Edison.
Quizas sea cierto eso de que ser el primero es mejor que ser el mejor, pero ser el mejor a veces también merece la pena. Si no, que le pregunten a Tesla.
Aunque el éxito es algo muy relativo y las épocas condicionan en gran medida los cambios sociales, hay una base esencial en estas 22 leyes que permiten hacernos una idea de lo que buscamos a la hora de llamar la atención en el consumidor. Aún así, considero que algunas son más universales que otras que podrían generar cierta controversia según el contexto social y a veces necesitan matizarse, como podría ser, por ejemplo, el caso de la citada en el texto como Ley de la sinceridad.
Coincido totalmente con algunos de mis compañeros que han señalado que estas leyes del marketing apelan a un distanciamiento total respecto del consumidor, algo que para mí, no encaja en absoluto con lo que debería ser la publicidad. Sin embargo, reconozco que es obvio que el marketing, como cualquier otra disciplina, tiene una serie de leyes que se han ido configurando a lo largo del tiempo y con la experiencia y que, de algún modo, garantizan ciertos resultados. De lo contrario, estas leyes estarían obsoletas.
Estas 22 leyes del marketing me han sorprendido en parte por la cantidad de verdades que exponen, pero a la vez me parece un análisis y tratamiento un tanto distante del consumidor. De todas formas, si cada empresa siguiese estas normas a rajatabla todas contarían con la misma ventaja o desventaja, todas estarían al mismo nivel y ninguna destacaría, por lo que, en mi opinión, se trata de recomendaciones más que de leyes, o todas las campañas estarían al mismo nivel de éxito.
Considero que es importante tener en mente estas pautas o normas a la hora de crear un mensaje publicitario, ya que de otra forma es totalmente obvio que estamos destinados al malogro, pero, a la vez, seguirlas no nos garantiza el éxito, ya que la publicidad es un universo complejo e incierto. Puede marcarse un perfil de consumidor al que se quiere llegar, pero no por ello conocerlos en su totalidad, de forma que, aún siguiendo estas leyes, una campaña podría acabar siendo un completo fracaso.
El marketing es en útlima instancia la disciplina que trata de conocer cómo persuadir al consumidor. No discuto que con el paso del tiempo y el desarrollo de nuevas teorías le priven de su reconocimiento como ciencia que como tal se rige por leyes. Pero la eficacia de éstas se probará en más o menos casos. La esencia del marketing y a lo que finalmente debe responder es inmutable: quién soy, qué hago y qué ofrezco a cambio.
Destacaría la ley de la mente, puesto que tratando de sembrar una imagen de acuerdo a las tres preguntas anteriores, posicionará una marca en la mente de los consumidores, y esta »ilusión» será tenida en cuenta tanto o más que otros aspectos que configuran el producto como el mero precio.
A pesar de que las 22 leyes que expone el libro me han parecido considerablemente interesantes, la ley del liderazgo ha sido la que más me ha hecho reflexionar, porque parémonos a pensar, todos sabemos que Neil Armstrong fue el primer hombre en pisar la Luna pero, ¿Quién fue el segundo?
No obstante, más que hablar de lo que me suscitaron, me gustaría centrarme en su efectividad. No puedo evitar creer que el mundo de la publicidad es demasiado voluble como para permitirse el lujo de la existencia de una fórmula que asegure el éxito. Esto hace que me pregunte si realmente el cumplimiento de estas 22 leyes lleva a un éxito asegurado. Y por lo contrario, si no existe ningún producto que haya conseguido alcanzar dicho éxito sin seguir estos pasos.
La lectura de estas leyes me sirvió para darme cuenta de dos cosas, sobre todo. La primera: creo que no tengo mucho futuro en el mundo del marketing, pues discrepo con bastantes de estas teorías. Tampoco lo busco, aunque es cierto que cualquiera que quiera crear su propia marca personal, como cualquier periodista, debe tener conocimientos de cómo «venderse». Por supuesto, debe entenderse esta expresión en su sentido de saber llegar al público, nada más.
Por otro lado, conectando más con esto último referente a vender una marca personal, no creo que las leyes me puedan ayudar. Desde luego, hacen su función para las grandes compañías, pero no soy capaz de aplicar la mayoría de ellas a mi campo profesional de blogger de noticias o incluso youtuber de reportajes y así. Como bien dice la última ley, la de los recursos, lo primero para salir adelante es tener dinero.
Segundo lía, dábame conta de que efectivamente moitas marcas publicitarias cumpren estas «22 leis inmutables do márketing. Polo tanto, parece que a pesar de non tratarse de parámetros absolutos, cando unha empresa opta por seguir estas regras ten máis posibilidades de acadar o éxito. Obviamente, co transformación vertixinosa que está sufrindo a sociedade , e polo tanto tamén a publicidade, penso que é necesaria unha evolución destas leis. Creo que segundo pase o tempo, de manterse inmutables, non ofrecerán ningún tipo de garantía. O que tamén destacaría é a escasa importancia que se lle dá ás necesidades dos posibles consumidores. Síguese unha estratexia máis centrada na competencia que en estudar as demandas da sociedade.
Las 22 leyes del marketing pueden parecer a primera vista muy frías pero el fin último del marketing es sólo vender a pesar de las maneras o de las modalidades; claro, la publicidad tendría que crear una cierta relación intima con su público, pero al final todo es una ficción para vender y para llamar la atención.
Dicho esto, personalmente no comparto muchas de las leyes, por ejemplo la número 2 (Ley de la categoría) porque es limitativo ser identificado en una sola categoria, aunque sea la propia porque si un día se quiere cambiar va a ser más dificil. Pero seguramente el mundo del marketing es más complicado de lo que puede parecer y estas leyes son la demonstración.
Las creación de estas leyes hace que se forme una atmósfera de competencia entre las diferentes marcas, sin embargo, es una manera de regular esta “rivalidad” entre empresas y de potenciar el desarrollo de estrategias, tácticas y operaciones que deben estar presentes en un buen vendedor.
Además los ejemplos utilizados para la explicación de las leyes , hace que se vea claramente lo que se quiere expresar en cada una de ellas.
Por otro lado, considero que en algunos casos estas leyes no tienen por qué ser efectivas y pueden ser subjetivas, pues algunas decisiones, por muy pequeñas que sean, pueden provocar el éxito o fracaso de la empresa y su apuesta.
Si bien es cierto que si todo el que quiera anunciarse siguiese estas «22 inmutables del marketing», el factor diferenciador de una marca con respecto a otra no existiría, primer fallo de manual de las malas decisiones de marketing que pueden causar el fracaso del producto. Sin embargo, es requisito indispensable que existan una serie de normas (unas más indispensables que otras, como por ejemplo para mí la del sacrificio) que amparen y que ayuden al anunciante a cómo garantizar su hueco en el mercado, y que se vayan modificando y sobre todo adaptando a los tiempos y al consumidor.