Neuromarketing y lo que nos viene por delante.

Os dejo dos documentos que hacen mención al emergente neuromarketing. El estudio del funcionamiento del cerebro es una ventana entre iluminadora e inquietante para saber de los los procesos de compra, marcas, publicidad y todo lo que lo rodea. Esto es un pequeño paper que hace una aproximación teórica y que, tal vez, ponga en cuestión algunas certezas que tenemos, y esto es un video de contrapunto que habla de neurochorradas. De como la exageración y la imprudencia sitúa algunas cosas en lugar cercano a la broma.

30 opiniones en “Neuromarketing y lo que nos viene por delante.”

  1. El video es interesante. Trata de advertirnos sobre la publicidad, que muchas veces usa la ciencia para tratar de disuadir la verdad de las cuestiones importantes.
    Las botellas que aseguran ayudar a las personas en su vida es, más que neurociencia, un efecto placebo basado en noticias sobre descubrimientos que aún no podemos controlar ni conocemos en su totalidad.
    No podemos manipular el cerebro de la gente, pero si distraerlo y tratar de persuadirlo con colores, patrones y emociones. Uno de los pasos en los que la publicidad a avanzado es en las «Neuronas Espejo», que muchas veces se utilizan en cine también.

  2. Tanto el artículo científico como el vídeo dejan claro que aplicando las técnicas de neurociencia al marketing se pueden conocer los estímulos y la atención de cada persona ante cierto producto con el fin de entender las tomas de decisiones de los consumidores.
    Esto resulta bastante interesante en como muchas empresas utilizan la ciencia para vender más productos cómo se cuenta en el vídeo.
    Desde este punto de vista podemos comprobar cómo la publicidad juega con nuestra confianza, ya que añadiendo cualquier elemento científico a un producto (por ejemplo, una etiqueta que nos indica que ese producto está avalado científicamente) nos da toda la seguridad en la marca.

  3. Es imposible controlar nuestro subconsciente, y menos nuestra memoria. No existe un botón que se pueda apretar y olvidar algo automáticamente, se olvida con el tiempo o simplemente no se olvida. De hecho cuando a veces pensamos que habíamos olvidado algo llega un estímulo exterior (una canción, un eslogan, un dibujo….) que nos hace volver a recordar algo de forma nítida. Por tanto, es lógico que las empresas que trabajan en publicidad quieran dejar huella en nosotros, y si para eso se pueden ayudar de la ciencia, mucho mejor.
    A la vez puede parecer algo inquietante, porque juegan con nuestros gustos y crean necesidades que muchas son ficticias, que realmente no necesitamos (sí, también se puede ser feliz sin el último modelo del iphone, aunque nos hagan creer que no). Sin embargo la propia palabra «ciencia» tiene el poder de aportar seguridad a todo lo que compramos, todo lo que sea científico va a estar bien. Como se diría, «Todo nos entra por los ojos», en el caso de la publicidad televisiva va un poco más allá, también nos entra por los oídos, y todo esto se canaliza en el cerebro creando en nosotros sentimientos y sensaciones.
    La ciencia utilizada para manipular el cerebro de la gente hasta tal punto de comprar algo muy costoso sin tener necesidad de ese producto, interesante pero inquietante.

  4. Es muy interesante ver como los estudios científicos avanzan en el estudio del cerebro, y se utilizan con fines académicos y comerciales como puede ser en el caso de la publicidad y el márquetin.

    El neuromárquetin, es un gran avance que ayuda a que los procesos publicitarios sean más fáciles y que la manera de llegar a los consumidores sea más eficaz y exacta ajustándose a sus gustos y deseos.

    Por otra parte, la neurociencia y el deseo de vender por parte de las empresas puede llegar a ser un peligro si no existen límites, ya que podrían caer en la manipulación y tratar de vendernos cualquier producto o inculcarnos cualquier idea.

  5. A mi tampoco me deja ver el PDF ni de manera online ni descargándolo.
    De todos modos, el vídeo me ha parecido realmente interesante ya que habla de «estudios» que vemos a diario a través de Facebook y otras redes sociales. Miles de personas comparten este tipo de noticias colgadas por páginas como Playground o Upsocl en las cuales se peca de lo que se comenta en el vídeo.
    La gente confía en cualquier noticia siempre y cuando se incluya en el primer párrafo la idea «Un estudio realizado por la Universidad de X afirma que…», mientras que no se da cuenta de lo mal interpretada que puede estar la información real sobre la cual se construye ese discurso comunicativo.
    Más que gracioso, que es como se nos presenta en la charla de neurociencia, me parece preocupante: tanto por parte de la población que engulle todo lo que se le presenta ante sus ojos, como por parte de los periodistas, cada vez más sujetos a la necesidad de captar y mantener la atención de los lectores con titulares de este estilo.

  6. ¿Cómo se consigue que una marca quede retenida en la memoria de los posibles consumidores? Esto es lo primero que deben analizar los publicitarios antes de comenzar una campaña. Claro está que definir el target ya nos hace pensar en que clase de estrategias podrían o no funcionar. A partir de esto, los estudios sobre la memoria aportan una gran información sobre la manera en la que el mensaje debe ser elaborado para que este forme parte del recuerdo y no del olvido (relacionando esto con la credibilidad lograda). Para esto, hay que saber cómo es que tomamos decisiones y a qué le damos prioridad. Dentro y aparte de la subjetividad individual, el cerebro como órgano biológico lleva a cabo funciones comunes a todos nosotros y que hacen que nuestras elecciones sean más previsibles ante determinados estímulos. La neurociencia es la encargada de estudiar esto y aún se encuentra en su fase temprana de desarrollo. Gracias a los estudios sobre la memoria implícita sabemos que un anuncio online puede influír en el recuerdo aunque nuestra atención sobre él sea pasiva, relacionando esto con la teoría de Heath, Low Involvement Processing (LIP): «las asociaciones implícitas que el consumidor establece con la marca son las que ayudan a tomar las decisiones de consumo». Es muy complicado obtener un lugar privilegiado en la memoria del consumidor siendo esta activa, flexible, subjetiva, que reinterpreta y se equivoca. Pero la importancia de la ciencia, «exacta», el que nos vendan un producto con la imagen de un cerebro, hace crecer la sensación de credibilidad y confianza efectiva ante el producto, lo que hace que tengamos una mejor imagen de él, aunque no estén científicamente probados ni se basen en estudios reales. Vender en nombre de la ciencia tiene éxito en el mercado y cualquier marca intenta aplicar un estudio científico a su caso para mejorar su credibilidad, aunque la interpretación sea absurda. Estamos cansados de ver esto en numerosos casos que circulan por las redes sociales, sobre todo, relacionados con la alimentación.

  7. É curioso ver como os estudos científicos avanzan e se abren a novos campos que serán utilizados para o marketing e outros ámbitos. Pero, na miña opinión, tampouco é necesario que todas estas investigacións se apliquen a persuasión dos anuncios para que esta sexa maior e chegue a máis xente (habendo outros campos axenos que requiren unha maior e máis necesaria investigación científica).
    Como xa todos sabemos e vemos, en xeral, o que máis funciona nas mensaxes publicitarias, o que máis éxito ten é aquilo máis simple, todo o que teña gancho, que sexa fácil de recordar ou que nos impacte profundamente. Os espectadores, na maior parte dos casos, apenas prestan uns segundos de atención a cada anuncio, é por isto que o breve, o directo, e impactante funcionan. Moitos ganchos coma a melodía pegadiza dalgúns anuncios é o que nos servirá para recordarlos, ou mesmo o slogan.
    Simplemente con facer encostas ou analizar os anuncios e o resultado nos espectadores, e mesmo ver cal é o máis destacado nas redes, vemos que exitosos polo simple feito destos elementos.

  8. Las publicidad avanza a pasos agigantados y podemos ver una muestra en el neuromarketing.

    Aunque se hace con el propósito de intentar vendernos una marca a través de mecanismos a los que ellos saben que reaccionaremos, me parece un poco inquietante el asunto de que «intenten» meterse en un nuestro cerebro para de esta forma intentar vendernos un artículo.

    Muchas redes sociales tienen acuerdos con marcas para saber por ejemplo, en que productos pueden estar interesados los usuarios, y creo que esto funciona. Pero el análisis exhaustivo, midiendo reaccionas del cerebro, y a veces con tonterías (como podemos ver en el vídeo) por un parte está bien, porque miran de que un producto nos pueda satisfacer, pero por otra parte me parece exagerado y un poco inquietante.

  9. La memoria es flexible y dinámica, entre otras cosas, y está diseñada para recordar y olvidar, algo perjudicial para la publicidad, ya que esta busca ser recordada. Si a esto le sumamos el hecho de que la gente a la que va dirigida nuestra campaña recibe una incesante cantidad de información diaria, conseguir que nos retenga en la memoria (de forma explícita) se dificulta sustancialmente. Por ello debemos de tener en cuenta todas las informaciones útiles y fiables de las que dispongamos sobre lo que vayamos a publicitar y sobre los propios consumidores (memoria, hábitos, etc.) para llevar a cabo una campaña con posibilidades. Ahora bien, muchas marcas recurren al camino fácil: se aprovechan de los datos que les interesan de ciertos estudios y de la ciencia en general, ocultando aquello que puede ir en contra de lo que proponen, para que la gente les dé importancia a sus productos dentro del mercado (al estar basados en un estudio, etc.) y no solo los recuerde, sino que los compre también. Opino que ese método de utilizar lo que se quiere posiblemente acabe con la reputación de la marca si se descubre su «engaño», pero también es cierto que no tiene porque ser así, ya que si se trata de una marca más o menos conocida (más que menos) o los productos son eficaces a ojos de los consumidores, posiblemente no le den importancia al “engaño» tomándolo como un simple error (en muchos casos) y sigan comprándolos y ayudando en el aumento de la reputación de la marca. Esto lleva a que probablemente estas (las marcas) continúen empleando estos métodos poco ortodoxos.

  10. Los estudios neurológicos nos ayudan a explicar por qué actuamos de una forma a ciertos estímulos. La publicidad utiliza estos estudios para hacer más efectivos los anuncios.
    Un anuncio juega con nuestra mente para transmitirnos de forma inconsciente una sensación, muchas veces, gracias a eso, escogemos un producto y no otro en el supermercado. Ciertas formas o colores son más atractivos que otros, lo que incluirlas en un anuncio hace que éste se vea atractivo.
    Los anuncios están en todas partes: calles, páginas web, supermercados, televisión, radio… es prácticamente imposible pasar un día sin ver ningún tipo de anuncio. Aunque pensemos que no les prestamos atención y no influyen en nosotros, si que lo hacen. Quedan grabados en la parte inconsciente de nuestro cerebro, la que luego nos puede determinar a la hora de escoger un producto y no otro.
    La neurociencia no es matemática, aún queda mucho por conocer. Como dice Molly Crockett, no tenemos un botón de comprar en el cerebro, pero, ¿quién sabe si en un futuro el neuromarketing termina por encontrarlo?

  11. Desde hace unos años se ha venido utilizando el estudio de la neurología para intentar encontrar respuestas a multitudes de problemas humanos. El porqué del acometimiento de un crimen, la razón por la que reaccionamos de cierta manera cuando queremos o alguien o por el contrario cuando lo odiamos, o el motivo que nos mueve a realizar una compra de un producto y no de otro. Y esto último es lo que le interesa especialmente al mundo de la publicidad, tratar de comprender qué es lo que nos hace comprar.

    Se han realizado numerosos estudios, con sus respectivas teorías, como observamos en el texto, que se han utilizado en el marketing tratando de intrducirse en los cerebros de los compradores y convencerlos de forma consciente o no de que adquieran su producto o sientan admiración por su marca. Sin embargo, en el vídeo se desmonta este furor por el neuromarketing y demás tendencias apoyadas en la neurología a través de lo que la oradora denomina como «neurochorradas». Hablamos aquí de interpretaciones de estudios y datos de dudosa veracidad que se utilizan a diario y inundan los titulares de periódicos, telediarios o revistas.

    Por esta razón, y aunque sea muy interesante entender el funcionamiento del cerebro para comprender a partir de él como funcionamos como humanos, debemos de ser cautos y no sacar conclusiones precipitadas cuando estamos deseando encontrarlas, así como creernos todo lo que leemos o escuchamos. Probablemente esta ciencia avance y con ella el neuromarketing, y quizás algún día si que se consiga «controlar» los actos de consumo, algo que, personalmente, me resulta terrorífico.

  12. Hoy en día, la presencia masiva de publicidad es algo completamente normal. Las personas somos bombardeadas con publicidad de muchas formas y en muchos momentos siendo ésta cada vez más intrusiva y algunas veces poco sutil.
    Lo que las marcas quieren saber es qué buscamos y cuáles son nuestros objetivos y metas. Les interesan nuestros pensamientos y sobre todo nuestras emociones y motivaciones.
    En muchos casos las marcas no consiguen los objetivos esperados a la hora de promocionar un producto y buscan comprender qué es lo que agrada a las personas. Aquí es dónde entra el neuromarketing.
    Las neurociencias nos permiten conocer los niveles de interés y atención que los anuncios generan en los espectadores. Por lo tanto las marcas utilizan todas estas respuestas para generar sus productos en función de los intereses de los consumidores. La finalidad de estas técnicas en marketing es averiguar a qué estímulos las personas prestan más atención, cuales no influyen directamente en su comportamiento, etc.
    La publicidad está tomando rumbo hacia una publicidad “experimental”, llevándonos a terrenos más emocionales, terrenos más “irracionales” que influyen mucho en las decisiones de compra de las personas.
    Por ello, muchas empresas apuestan por conocer los estímulos que afectan a las personas y cómo afectan. Podemos decir que un conocimiento más exhaustivo de los consumidores llevará a futuros productos hechos a medida.

  13. Tras la lectura y visionado de los contenidos nos damos cuenta de los numerosos engaños o trucos a los que estamos sometidos diariamente. En el mundo en el que nos encontramos actualmente, saturado de oferta, las marcas tratan de atraer nuestra atención de todas las maneras posibles. Como bien han mencionado algunos de mis compañeros, la neurociencia lleva siendo estudiada como aplicación a la publicidad durante ya algún tiempo, revelando cómo funciona nuestro cerebro y cómo reaccionamos a diferentes tipos de estímulos. Somos sujetos que retenemos los contenidos durante muy poco tiempo si estos no calan en nuestro subconsciente de alguna manera, siendo aquí donde entran en juego todas las premisas que se mencionan en el video y en el artículo.
    Sería de gran interés avanzar en el tiempo y llegar a ver hasta qué punto la publicidad conseguirá penetrar en nuestras mentes, ya que ahora mismo con unas técnicas que día a día están en constante desarrollo y avance ya nos manipulan más de lo que en un primer momento creemos.

  14. El neuromarketing es un reflejo de lo que a lo largo de los años, incluso de los siglos, ha querido expresar el ser humano: saber que oculta la mente, hasta que punto llega su poder y si podemos controlar la de los demás o no.

    Daños colaterales de esta idea son, por ejemplo, todos los mitos referentes a la publicidad subliminal, que sigue siendo defendida por muchos, y potenciada por muchos otros, cuando no estamos frente a otra cosa que publicidad asociativa.

    No obstante, el hecho de conocer los estímulos a los que la gente reacciona, sus comportamientos, sus gustos dependiendo del momento o acción en el que se encuentren… son alicientes muy fuertes de cara a muchos publicistas a la hora de explotar sus anuncios, y de ellos dependen muchas ventas. Si bien esto lleva a la experimentación, los resultados pueden llegar a ser fascinantes en muchos casos.

  15. La publicidad con el tiempo avanza y una gran ayuda de este avance es el empleo del neuromarketing.

    Es asombroso cómo se estudia el comportamiento humano para saber cómo el individuo va a responder a ciertos estímulos o informaciones. Por ello la publicidad emplea técnicas para que los anuncios sean percibidos y cuya información sea captada a pesar de que el individuo no se de cuenta de ello, es decir indirectamente, buscando que la información ofrecida sea almacenada en nuestra memoria.

    Por otro lado, también se puede llevar al extremo, tratando de manipular con mentiras y controlando los actos de consumo, por lo que hay que tener unos límites y darse cuenta del peligro que puede conllevar esto.

  16. Creo que hai moita relación entre a memoria e a publicidade, polo que vexo moi interesante os estudos que se nos mostran. Como xa temos dito en outras ocasións, a publicidade é unha ferramenta que se debe adaptar á situación actual, os avances e aos novos descubrimentos que se van facendo pouco a pouco. É necesario ter o neuromarketing en conta xa que este permitirá encamiñar mellor a forma na que se fai a publicidade, convertíndoa en algo moito máis específico e podendo centrar o seu obxectivo moito máis, tendo máis eficacia con menos esforzo. Aínda que o texto recomendado axuda a comprender moito todo este campo, explicando todo, creo que se fai tamén pesado: as liñas a investigar fan que a lectura se volva cansada e pesada pero, sen embargo, mostran cousas interesantes, como a influencia do feeling of maniliarity. A colaboración da ciencia coa vida diaria das persoas pode chegar a ser moi interesante, mellorando tanto a nosa vida dende o lado de publicistas como dende o lado de unha comprador que garda un recordo agradable dun anuncio porque nun determinado momento o emocionou, o fixo rir ou simplemente porque era distinto dos demais.
    Hai que aceptar os cambios que se poidan dar e avanzar sempre cara diante xa que se a publicidade queda estática mentres o mundo avanza, chegará o momento no que esta non teña ningún valor nin poder dentro da sociedade.

  17. Artículo interesante y recomendable sobre el funcionamiento de nuestra memoria. La parte negativa es que plantea más preguntas que respuestas, aunque esto no debería ser un inconveniente si despierta nuestra curiosidad. Para mi gusto se centra demasiado en el plano neurológico, esto atraviesa varios campos a la vez sin claridad creando (creo que inconscientemente) una problemática de otra naturaleza.
    La charla sirve como contrapunto para no llevar conclusiones científicas al absurdo. Creo que la autora no rechaza el cientificismo, pero al menos nos previene ante ciertas informaciones.

    Como me gusta el tema os dejo unas recomendaciones
    “El error de Descartes: la emoción, la razón y el cerebro humano” (citado en el artículo)
    “El mito del cerebro creador. Cuerpo, conducta y cultura” (Pérez, M.)
    “El origen del lenguaje” (López, A.)

  18. Este post, y muy especialmente el vídeo, me dejó muy impresionada.
    Es realmente sorprendente como conociendo las funciones y funcionamiento de nuestro cerebro, la publicidad, y no solo ella (vendedores que van por las casas, que llaman por teléfono…), es capaz de movernos como títeres a su antojo. Y la clave de todo esto es que nosotros (los padecedores de las estrategias de la neurociencia), somos los que no conocemos nuestro cerebro, la forma en la que trabaja. Nuestro propio ser es el que nos engaña. O no, quizás es la ciencia la que nos hace creer que funcionamos de cierta manera y en realidad lo hacemos de otra.
    Este spot me dejó muy claro que tenemos que desconfiar de todo o casi todo.
    Incluso me pregunto, si esa científica que aparece en el vídeo utilizó el darnos a conocer su oficio (científica) para que confiemos en toda su conferencia y por lo tanto en lo que a ella le interesa contarnos.
    Quien sabe…!

  19. El fin de la publicidad no es otro que el de vender, en la evolución de la misma ha ido avanzando y cambiando pero siempre en función a la sociedad, es decir, los clientes.
    No me extraña que intenten descubrir modos de ser más eficaces y persuasivos con nosotros, actualmente usan las emociones y valores para generar una mayor marca en el espectador, cuanto más avance mejor logrará sus objetivos.

  20. Todo este material proporciona una información bastante interesante. Además nos da una idea aproximada de dónde estamos en el estudio del cerebro y cuánto nos queda para leer las mentes. Y por suerte queda MUCHO. Ahora no estamos ni arañando la superficie, y menos mal. El día que puedan leernos la mente, digamos adiós a nuestros ahorros.

    Esto tiene mucho interés para los vendedores, porque conocernos mejor implica saber mejor cómo vendernos algo. Pero la información de estos documentos revelan (creo yo) que no les será útil poder conocernos mejor. Algo que nos han dejado claro, es que la memoria es subjetiva. Y selectiva. Y si seleccionamos subjetivamente… Las empresas tendrían que gastarse un dineral primero para conocernos y luego para vendernos sus productos, a cada uno de nosotros. No sé si les compensará.

    Si nos paramos a pensarlo, estos datos seguramente podrían almacenarse en una base de datos virtual pública, y podrían agruparnos según una serie de patrones. Las empresas pagarían una millonada por acceder a esos datos. Pero insisto en que conocernos mejor a cada uno de nosotros tampoco les sería demasiado útil, mirado individualmente. Estos datos les serán útiles para poder hacer mejores segmentos de mercado y agruparnos mejor para poder centrar mejor sus esfuerzos.

    Los avances en el estudio del cerebro son muy interesantes para comprendernos mejor y saber más del ser humano. Pero el día que podamos leer la mente… ¡que eso no caiga en manos privadas!

  21. Es importante conocer los descubrimientos que se llevaron a cabo con respecto a la memoria, cómo cambió lo que nosotros entendíamos como tal y cómo esto afecta a la publicidad, pues al fin y al cabo, aunque su fin último sea vender, ya se tiene explicado que lograr un hueco en nuestros recuerdos es algo con lo que también se trabaja, por lo que si la memoria no es estática, tampoco debe serlo la publicidad. Entonces, es en cierto modo necesario (para el ámbito) que el campo publicitario haga uso de este tipo de técnicas si con ellas se acercan más a las reacciones del cerebro y logran precisar y mejorar las estrategias de trabajo, pues si el mundo avanza, la publicidad también debe hacerlo.
    Otro punto son los límites que deben establecerse, por eso el vídeo también tiene su importancia y sirve como buen contrapunto. Es interesante y necesario conocer la otra cara de la moneda, y ser conscientes de que el uso que la publicidad hace de la neurociencia o de la ciencia a secas no siempre es con un buen fin, por decirlo de algún modo. En muchas ocasiones los estudios son tergiversados, como explica Molly Crockett, para ganarse la confianza del consumidor o bien para jugar directamente con nuestra mente, por lo que conviene estar prevenidos ante ciertas informaciones (aunque la prevención a veces no sirva de mucho).

  22. Conocer el cerebro humano, comprender lo que provoca la decisión de compra o el hecho de retener cierta información en la memoria, resulta fundamental para la publicidad. Interesa saber cuáles son nuestras motivaciones, necesidades, metas, incluso miedos o rechazos. Qué piensan los consumidores y cómo podemos situarnos en su camino o incluso reorientarlo es la clave para aumentar el volumen de ventas y posicionar la marca en buen lugar.
    Esto se consigue, entonces, gracias a estudios neurológicos que permiten “adentrarse” en la cabeza del potencial consumidor.

    Pero ese público al que se pretende acceder es en muchas ocasiones consciente de la cantidad de métodos, incluso podríamos llamar engaños, a los que son sometidos cada día, en cada decisión de compra que toman. Y, sin embargo, siguen siendo efectivos; más cada día.

    Resulta interesante a la par que inquietante hasta dónde puede llegar esto. También el hecho de analizar dónde están los límites: qué es estrategia y qué manipulación.

  23. El poder de la palabra ‘ciencia’ llega a ser más grande de lo que a veces llegamos a pensar. Cuando alguien nos está intentando vender algo como si fuese lo mejor posiblemente no lo creamos; ahora bien, si nos dice que está demostrado por un estudio que hizo x universidad, la historia cambia. Si bien no pueden controlar nuestro cerebro, sí pueden distraerlo ofreciéndole una serie de puntos de atención que capten el interés del consumidor, basándose en sus adquisiciones anteriores o en sus necesidades, por ejemplo. Y esto no solo pasa en la publicidad a través de medios de comunicación, sino que tanto en YouTube como en Facebook te encuentras con publicaciones “recomendadas para ti” en función de lo que hayas hecho antes.
    No obstante, importantes son también el recuerdo y la memoria. De poco vale que te ofrezcan productos en función de lo que consumiste antes si no te acuerdas de ello. Tienes que conseguir que el producto que ofrezcas cale en el consumidor para que, aunque pase tiempo sin consumirlo, vuelva a su memoria la próxima vez que lo vea.
    Podríamos abrir aquí un discurso ético-moral entre lo que consideramos necesario para intentar vender un producto y lo que pensamos que es sobrepasar los límites.

  24. Conseguir un hueco en la memoria de los consumidores es algo por lo que las marcan luchan y, a veces, lo hacen mediante métodos que podrían considerarse poco morales. En un mercado con tanta competencia, las marcas desean destacar y diferenciarse, y el hecho de estar respaldadas por determinados estudios científicos les facilita llegar al público y que este confíe en ellas. Sin embargo, como bien se explica en el vídeo, esto puede llegar a ser peligroso al utilizar estudios falsos o manipulados según los intereses de la empresa, engañando al consumidor; aunque, realmente, la manipulación del espectador en publicidad es algo que siempre se ha dado. Este tipo de prácticas, por muy poco morales que sean, no nos deberían sorprender en una sociedad donde el engaño, la manipulación y la persuasión están a la orden del día.

  25. El proceso de compra es más emotivo que racional. La familiaridad, el embobamiento del anuncio o el odio hacia él, provoca que nos acabe gustando el producto o que nos haga recomendarlo aunque no nos guste el anuncio, incluso la familiaridad, aunque el mensaje publicitario no sea eficiente, acabará por dominar todo nuestro ser para que compremos aquella marca a la que, de alguna manera, estamos ya vinculados. Pero no hay mayor satisfacción que, desde la investigación centrada en el consumidor, es de crearnos una nueva necesidad y de la creación del producto o servicio que la cubre. Para tratar de asegurar la estancia en el mercado nos muestran un producto con un Reason Why unido a un Support evidence, eso hará que la oxitocina se eleve y los estudios demuestren que nos encanta lo nuevo. Pero esto no necesariamente tiene que ser verdad. Cuando observamos un artículo explicado y con el sello de recomendación científica, ¿es verdad? ¿Y se trata de pseudociencia? La verdad es que no sabremos, pero nos encanta. Hoy en día esto es el camino más complicado de la publicidad: si un anuncio nos miente o nos manipula, adiós al publico objetivo.
    En este nuevo estado humano en el que estamos siendo bombardeados por anuncios tanto en el medio on-line como en la radio y la mayoría sea ruido, los estudios comienzan a proliferar. Es por eso que el nueromareting unido con otras cienccias que estudian la mente humana, se encargan de hacernos llegar teorías que dicen que la memoria es la «jefa» del proceso de compra. La mayoría de nuestros procesos de compra son inconscientes y emocionales. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que la disposición de los productos en un supermercado o los colores en McDonalds, provocan que el consumidor se comporte de una forma u otra, incluso en una tienda de ropa con la música. Creo que deberían de atenderse más a la mente inconsciente más que a la consciente, que ya se ve que está dando resultados. La mente selecciona la información que le es necesaria, el recuerdo es un arma infalible en este mecanismo, aunque sea imperfecto. Por eso la publicidad se encarga de ser notoria.

  26. Durante a decisión de compra dun produto é certo que o emocional é máis importante que o racional. Isto é algo que saben moi ben os encargados da publicidade e semella que o neuromarketing é unha ferramenta correcta, polo menos para eles, de conseguir chegar ao seu fin.

    Persoalmente, creo que é moi maquiavélico que, polo feito de coñecer como reacciona o noso cerebro ante certos estímulos, as empresas vaian a producilos para que sexamos quen de mercar o que nos venden.

    Vivimos na sociedade de consumo e as nosas vidas valen, para as empresas, o mesmo que consumimos e que producimos.

    Por moitas necesidades que temos debemos preguntarnos cantas delas nacen de nós intrínsecamente, e cantas delas nacen a raíz da «suxerencia» de certas emocións, etc.

    Creo que con todo o que se está a avanzar neste tema, poden crearse contracorrentes que loiten contra a corrente xeral mais o que predomina é que: a manipulación está servida.

  27. La neurociencia entró en el mundo del marketing y las multinacionales no dudaron en emplear su potencial. El neuromarketing se basa en el análisis del comportamiento del consumidor, estudia los estímulos exteriores que recoge nuestro cerebro (percepción auditiva, visual etc.) y los procesos mentales de las personas. En definitiva, pretende conocer nuestras metas y objetivos, qué buscamos, que pensamos y sobre todo qué nos motiva y qué nos emociona. Se trata, en mi opinión, de una estrategia muy compleja y elaborada que puede tener un gran porcentaje de éxito ya que, itentando predecir las decisiones de los consumidores, podemos aplicar el neuromarketing para mejorar el marketing tradicional: diseño, targeting, posicionamiento, canales de venta…
    En general se trata de una herramienta que apela al lado más irracional y emocional de las personas y de la cual se puede sacar mucho provecho.

  28. Acerca del artículo, me ha gustado mucho saber de los progresos de la neurociencia, quizá por eso de que lo más complicado de entender sea cómo entendemos. Lo que me parece más preocupante es que sea el marketing el primero en servirse de esos conocimientos. ¿Sería lícito pedir un límite a la manipulación a la que nos vemos sometidos? Al menos algo siniestro me ha parecido que clamaran por la necesidad de que estos estudios científicos progresen para que lo haga la publicidad.
    El vídeo también ha sido interesante. Porque ya no sólo nos demuestra que no podemos fiarnos de la palabra de una marca, sino que muchas veces la prensa (que se supone imparcial, objetiva e informada) nos cuela chorradas como estas. Y quizá las marcas no sean una fuente informativa de referencia para muchas personas, pero el periodismo basura sí.

  29. El texto nos presenta la idea de que la publicidad a estudiado a el cerero para ver como este funcionan así se facilite el trabajo de marketing, pero nos presenta que el cerero es un sistema inexplicable que siempre esta en cambio que aunque sea capaz de almacenar infinita cantidad de información, el uso de la memoria como esta funciona es algo que aun no se comprende y por lo tanto no puede ser subestimada por la publicidad. Pues aunque se traten con estímulos publicitarios o ciertos mensajes siempre se pueden presentar respuestas inesperadas. Es un tema en que la publicidad seguirá investigando para mejorar sus técnicas.

    En relación del vídeo, es interesante ver como es que tomamos las decisiones y como estas son influenciadas o manipuladas de acuerdo a la relación de información que tenemos en nuestro cerebro. Como nuestro cerebro nos engaña al mostrarnos imágenes que asociamos con cosas buenas o malas. Pero a la vez como es que algo tan simple como la imagen de un cerero nos hace camiar de pasturas, así mismo de las marcas o imágenes que los productos asocian a un cerebro para que nosotros adquiramos un producto o simplemente creamos que una idea es cierta o no.

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