Como estamos hablando de marcas, posicionamiento y demás asuntos relevantes antes de la comunicación, creo pertinente que veáis en enlace algunas marcas muy reconocibles y como el autor, en tono de sorna, los define con un slogan de marca muy preciso. No es un ejemplo de lo que debería de hacer una marca pero si una interpretación jocosa del asunto.
A pesar de que los eslóganes que observamos acompañando a cada una de estas marcas hayan captado inevitablemente nuestra atención debido a su toque humorístico, es evidente e incluso razonable que las correspondientes marcas no los usen en sus campañas publicitarias, puesto que delatan características de los productos que las empresas no quieren que lleguen a los consumidores. No obstante, todos nos hemos sentido identificados con la mayoría de ellas, por lo que tal vez estas marcas deberían darle una vuelta a su estrategia de márketing y optar por el humor y la veracidad.
Resulta prácticamente inevitable non estar dacordo con algún dos Honest Slogans que propón Clif Dickens, tamén resulta prácticamente imposible que as grandes marcas as que fai referencia Dickens utilicen ditos slogans, pois estes non fan máis que evidenciar os grandes fallos que grandes marcas teñen e que son xa ben coñecidos polo público. Quitando todo isto de lado, paréceme unha maneira bastante boa de facerse recordar, de xogar co humor e de poder diferenciarse das demais.
Siempre está bien añadir un toque satírico y autocrítico. Aunque las marcas no lo publicarían, estos sloganes modificados reflejan de una manera u otra la realidad que esconden sus productos, esto se puede aprovechar porque puede acercar más la marca al consumidor y que así pueda haber una nueva relación productor-consumidor que puede cambiar la forma del mercado actual.
Me parece fundamental añadir en ciertas campañas publicitarias un toque humorístico, ya que esta siempre es una buena forma de llamar la atención, y la finalidad de la publicidad es que la población no solo preste atención al anuncio o la campaña de la que se trate sino también que lo retenga en su memoria, y de esta manera esto ocurriría, aunque desde luego estos sloganes no serían publicados por las marcas, quizá estas si deberían plantearse publicar campañas, que aunque no los dejen por debajo de algo como ocurre en el de Pepsi, si llamen la atención por su tono jocoso.
Una técnica muy utilizada en publicidad es convertir los defectos en virtudes, destacarlos como elemento diferenciador en un sentido positivo. Estos sloganes alternativos muestran en su mayoría carencias o defectos de los productos o simplemente situaciones cómicas que una persona vive mientras los consume, características propias…Y creo que la publicación de estos sloganes lo que hace es favorecer a las marcas, no da mala imagen, simplemente las caricaturiza sacándole una sonrisa al espectador. ¿No sería graciosos un anuncio de Lays diciendo que son aire saborizado? Sin duda daría que hablar, aparecería en muchas redes sociales, se comentaría y quien sabe…igual alguien haciendo la compra sólo por hacer el chiste decide comprar «aire saborizado», igual ese alguien son miles de personas…cuestión de arriesgarse y tener sentido del humor.
Cada uno de estos slogans modificados han llamado nuestra atención, pues muestran una realidad escondida. Me he sentido identificada con la mayor parte ellos, y es que nunca está de más añadir un toque humorístico a una campaña publicitaria. Aunque esta no haya sido ni vaya a ser utilizada por las grandes marcas a las que hace referencia, ya que está bien jugar, pero jugar limpio. «PEPSI: cuando no hay Coca-Cola», claramente deja en desventaja a la primera marca, atribuyéndose grandes defectos a esta, en comparación con la segunda.
Pese a ello, me parece que Clif Dickens ha dado en el clavo. Ya ha hecho más por estas marcas de lo que ellas mismas han conseguido. Ha logrado captar nuestra atención y que recordemos «Aire saborizado» ¿o a caso recuerdas el anuncio verdadero de LAYS?
Aínda que non son campañas publicitarias das marcas, si que son realidades que a maioría dos seus consumidores ven nelas. «Pepsi, cuando no hay Coca-Cola» ou «Activia, te ayudamos a cagar», son algunhas das ideas que pasan polas mentes das persoas ó mencionarlles o nome dunha marca. Outro exemplo que vin hai uns días rezaba: «Aquarius, si no vienes a comprarme con mallas de runner, la gente sabrá que te estás cagando vivo». En definitiva, son interpretacións jocosas que o público ten na súa mente cando se refire a unha marca. Agora ben, as cualidades que nestas campañas se destacan (aínda que algunhas son certas) non son adecuadas para atraer clientes a buscar un bo posicionamento no mercado.
Dudo que ninguno de estos anuncios sea utilizado por ninguna empresa, pero sí creo que podría triunfar un producto (necesario que ya sea conocido) haciendo publicidad divertida acerca de algún error o mala faceta con la que cuenten. Pienso que así podría llegar más a la gente, mostrándose como un producto común y campechano (hablamos de un producto dirigido a la mayoría de la población, no un producto de lujo) y que simpatizaría con las familias. Alimentos como el Pan Bimbo u otros consumidos por la mayoría de las familias podría conseguir una ventaja competitiva a través de este tipo de publicidad. Además, recuerdo una campaña publicitaria de un coche (no sé la marca) en el que el padre de familia enseñaba a su mujer y a sus hijos las ‘novedosas’ facultades del coche que había adquirido (el hombre abría y cerraba el maletero como si fuera algo impresionante y nuevo en los automóviles). El anuncio finalizaba así: «hace lo mismo que los demás, pero por x dinero». Está claro que aquí el elemento diferenciador es el precio, pero creo que esta campaña, mostrándose como un producto para los ciudadanos de a pie, sin vender una imagen falsa de un coche fantástico también ayudó a fidelizar clientes y que éstos lo sintieran más cercano.
No podría encontrarme más de acuerdo con todas las viñetas expuestas. Es evidente que cuando un consumidor compra un producto, lo prueba y decide si de verdad le gusta o ha sido una pérdida de dinero. En caso de que no le guste, o tenga quejas al respecto, no lo volverá a comprar… o si? Todas las marcas mostradas son conocidas prácticamente por el mundo entero, y si sus consumidores se viesen tan decepcionados con sus productos, no habrían durado la mitad ni dos telediarios. Nos debemos preguntar entonces qué es realmente lo que hace que mantengan un tan fiel público. Coincido con mis compañeros al decir que es más fácil recordar un slogan que te haga sonreir a uno que no lo haga en absoluto, que te mantenga pasivo; pero está claro que ninguna de las marcas utilizaría los slogans propuestos por el autor.
Desde luego considero que el público no es ingenuo, y a pesar de que las marcas intenten ocultar sus puntos débiles y potenciar lo que consideran, los fuertes; todos nosotros nos hemos dado cuenta alguna vez de estos pequeños fallos. Sin embargo, creo que llega a ser cómico y positivo para ellos, el hecho de que los consumidores a pesar de saber todo eso, sigan comprando sus productos. Además, Clif Dickens consigue a través de la ironía, provocar situaciones humorísticas que favorecen a estas empresas e interpretaciones graciosas entre el público que podrán ayudar a recordar las marcas.
Los eslóganes que se muestran en Honest Slogans son otra forma de hacer márketing. Un márketing llamativo en tono jocoso y satítico, algo que las marcas no podrían emplear. Si cualquier marca decidiera emplear algo de este estilo en una campaña no creo que fuera buena idea, llamaría la atención, pero no conseguiría una buena reputación para la marca, que es el otro objetivo de la publicidad. Si una persona no tiene confianza en una marca no comprará sus productos y estos eslóganes no consiguen transmitir confianza, más bien todo lo contrario.
A pesar de que Clif Dickens haga este trabajo con una intención jocosa, algunos de los slogans que aparecen en estas fotos podrían ser utilizados por las marcas aludidas. La publicidad tiene que llegar a los compradores potenciales ¿y de qué mejor forma que a través del humor? Todos pensamos en algún momento alguna de las frases que aparecen en las fotos. ¿Por qué no una marca podría utilizarlo para una campaña de marketing? La gente se sentiría identificada, pensaría que esa empresa sabe lo que los consumidores sienten o piensan al utilizar su producto y esto podría aumentar las ventas. Por otra parte, también le podría sentar mal a un grupo de gente, ¿pero por qué no arriesgar?
Bajo mi punto de vista el humor ganaría mucho en cualquier campaña publicitaria, ya que en cierto modo sacaría los defectos a la luz y no engañaría al cliente. Esto, en mi opinión, nos llamaría más la atención y probablemente nos haría ganar más clientes de los que ya tendríamos con una campaña «normal». Obviamente muchos de los eslóganes que aparecen en el enlace no beneficiarían a la marca, como puede ser claramente «Pepsi, cuando no hay Coca-Cola». Pero hay muchos que sí que podrían aportar ese toque que, en muchas ocasiones, podrían funcionar como el elemento diferenciador que empujaría a los clientes a comprar los productos que publicitamos.
Me ha parecido una óptica interesante, son partes de las marcas que obviamente nunca van a aparecer en sus campañas y, sin embargo, son las que las consumidoras y los consumidores recordamos y con las que más nos identificamos. De hecho, es muy probable que recuerde alguno de estos falsos slogans antes que con el verdadero.
Non sei se a intención do autor é facernos pasar un bo rato ou, no fondo, ensinarnos todo o podrido que hai detrás dunha boa capa de pintura. Dende logo que ningunha das marcas aludidas, ou calquera outra, empregaría esta estratexia de comunicación, pero sería interesante, como exercicio de reflexión, que consideraran o que están facendo «mal» para que a xente realmente chega a identificar os seus productos cos eslogans que aí se ven.
Incorporar el humor para atraer a los consumidores es una buena forma de obtener éxito, pero claro como todo tiene sus cosas positivas y negativas. Pues hacer reír a la gente sin causar molestias resulta a veces complicado. Con esto me refiero, sin hacer bromas de mal gusto en los que se vulneren ciertos derechos de las personas.
Clif Dickens ha sabido utilizar de forma correcta el humor, y sobre todo ha sabido captar la atención de la gente, (al menos la mía) con estos eslóganes.
Muchas marcas deberían arriesgarse y dar un toque humorístico a sus campañas publicitarias. Pero, como en todo, es más fácil ganarse a la gente con la lástima que con el humor. Me refiero a que quizá para llamar la atención sea más sencillo contar una historia realmente triste, que saque el lado humano que todos tenemos, que bromear con temas que no son del buen gusto de todos.
Los sloganes no dejan de ser de lo más cierto, sin embargo, no parece que estos defectos que se les sacan perjudiquen en ningún aspecto los productos. Las imágenes ponen de manifiesto el «engaño» o «perjuicio» al que nos someten, sin embargo, los beneficios que tienen (o que nos hacen creer que tienen) son mucho mayores que su parte negativa, por tanto, no habría problema en que este tipo de marcas jugase más con ese tipo de cosas para empatizar con el consumidor y así crear un vínculo de mayor cercanía y hacerse con un público más fiel.
Os novos eslogáns en ton satírico creados por Clif Dickens son canto menos novidosos e chaman a atención, algo que unha marca debe buscar para triunfar. Se ben a maioría non se poderían utilizar porque a marca perdería o prestixo (algo necesario e importante para conseguir vender o producto), hai dous ou tres que poderían ser tomados como exemplo para a creación dunha campaña humorística que cale na xente. É o caso de «Wikipedia, de nada estudiantes universitarios» ou «Monopoly, la mejor forma de arruinar tus amistades». Estas dúas ilustracións son o exemplo de que a sátira, o chamar a atención e manter o prestixio poden entremezclarse e dar lugar a algo bo e con éxito, que incluso podería aumentar as ventas. Porque en última instancia son este tipo de comentarios e eslogáns o que recordamos.
Estos eslóganes muestran los defectos que puede tener cada uno de esos productos. No obstante, podría ser positivo e innovador utilizarlos en una campaña de márketing para llamar la atención del consumidor. Mostrarían humor y cercanía al «reírse de uno mismo».
Los eslogans con ese toque de humor, son la realidad sobre lo que pensamos de esas conocidas marcas una vez que las hemos consumido. Obviamente ésta información pese a que todos la conozcamos ,no puede ser utilizada por la propia empresa para su publicidad, sería algo catastrófico que sus propios anuncios hablasen mal del producto.
Está bien que en el marketing se añadan publicidades con un toque humorístico, satírico y hasta autocrítico. Aunque las propias marcas huirían de estos comentarios acerca de sus productos y por lo tanto no lo publicarían, estos sloganes modificados nos muestras la verdadera realidad que esconden los productos. No creo que influya de manera negativa en dichas marcas que se muestren estas «artimañas» utilizadas para intentarnos vender sus productos, si no que se muestra de una manera diferente la realidad del marketing hoy en día.
La gracia, obviamente está en el hecho de que todos hemos pensado esas cosas de las marcas ahí citadas, o si no de todas, de casi todas.
aún así, es obvio que los Slogans creados por Clif Dickens no podrían usarse en publicidad por el simple hecho de que la publicidad está hecha para venderte algo como absolutamente imprescindible, único e irrepetible, para darte a entender que o lo compras o perderás una oportunidad en la vida, y con estos anuncios, obviamente no se conseguiría el efecto deseado.
Me hace gracia doblemente el hecho de que en publicidad, una ley ‘no citada’ es que cuentes lo que cuentes del producto tiene que ser verídico, es decir; puedes no citar un 95% de la información, pero el 5% que sí utilices para su publicidad tiene que ser cierto. La doble gracia está en que Clif Dickens ha usado ese 95% desechable, pero diciendo básicamente la verdad.
Está claro que ninguna marca utilizaría ninguno de estos esloganes por la razón de que sería «desprestigiar» su marca. Partiendo de la base de que una marca siempre busca reforzar sus puntos favorables para conseguir que estos destaquen más y tengan más valor que los negativos, es obvio de que, por mucho que las marcas sepan que nosotros conocemos esas cualidades, utilizarlas sería un error por el posicionamiento que conseguirían. Está bien darle un toque humorístico a su estrategia, pero hay que saber hacerlo sin resaltar sus puntos débiles; ya que lo que persiguen es hacer su producto único, apetecible y deseado.
Estos eslóganes, muestran sin duda y con un tono humorístico, las realidades sobre los productos de las que todos somos conscientes. Todas llaman nuestra atención, pero la mayoría de ellas no serían utilizadas nunca por la propia empresa porque desprestigiarían la marca (o no en algunos casos, tampoco vamos a dejar de comprar una caja de ceras de colores por el simple hecho de que en el anuncio hagan una pequeña sátira de la inutilidad del color blanco o tampoco dejaremos de comprar un Lego porque en un anuncio nos muestren a alguien pisando una pieza, como a todos nos ha pasado alguna vez). Aunque algunos como el de Pepsi, no creo que sea conveniente que se utilicen, otros como el del Candy Crush podrían ser resultantes si en este caso se relacionase con una «adicción sana» y no con la cocaína, como es lógico.
A veces, las deficiencias de los productos son lo que los hacen de alguna manera divertidos y llamativos. En otros casos, estos eslóganes tan satíricos, pueden servir para que los fabricantes sean conscientes de las deficiencias que tienen en sus productos, en el marketing o en las estrategias publicitarias que emplean.